Me encanta cuando preparas la maleta con la ropa para el viaje...te empiezas a probar esa ropa, en su momento exótica y sofísticada. Tú pensabas... con éstos bombachos...vamos voy a parecer del mismo Laos...con estos tops y abalorios, vamos que me van a confundir con mujer jirafa tailandesa...y te lo pruebas, en tu casa, con esa luz florescente o flurescente, ese blancor reluciente, casi parece azul de tan blanco...y con tus caderas, muslos, glúteos, pechos y demás miembros cayendo, como muertos, pero no, no estas muerta (aunque en ese momento...) es la flacidez , la gravedad, la manzana y Newton.
Y yo me pregunto to myself, el por qué de estas caderas de matrona gallega que ha pasado 12 embarazos con sus doces partos...y échale guindas porque los bombachos (grandes disimuladores de caderas por excelencia) te parecieron una buena idea y no hija no. No hija no.
Os muestro la foto donde queda de sobra probada la capacidad de los bombachos para alojar grandes volúmenes, asi como su extraordinaria elasticidad y el cerdito horrorizado que pasaba por allí.